Tienes que leer para enloquecer. Y escribir para quedar cuerdo

sábado, 20 de noviembre de 2010

Esta es la historia de una mariposa
que volaba sin preocupaciones
hasta que conoció a la rosa.

La rosa era una flor como cualquier otra:
pistilos, pétalos, hojas...
nada del otro mundo.

Pero su aroma hipnotizó a la mariposa.

Era un perfume dulzón y llamativo.
Quedaba perfecto con la forma de ser de la rosa.

La mariposa trataba de permanecer tanto tiempo
como podía con ella. Hasta el invierno.

Durante las nevads y el frío la mariposa
se despedía tristemente de su amante.
Y le prometía volver.

Y así lo hacía, siempre volvía con ella.

Y la rosa era feliz.

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